





Detalles, pequeños trocitos del alma de los creyentes, que por una semana al año, sacan reluciente su oro y plata que guardan celosos, y que visten de imaginería y olores de primavera. Detrás de su antifaz observan el transcurrir de sus cofradías por unas calles estrechas y llenas de pasión cofrade, que los colores de sus túnicas a la luz de un cirio, hacen las delicias de los amantes de la observación, que abstraidos intentamos captar los retales de esta fiesta.

